Nunca le entregué esa carta. Quizá me arrepiento, quizá no, pero ya no se puede hacer algo. Escuchando música me quedé dormida. Dormí alrededor de 6 horas.
Al despertarme, traté de descifrar mi sueño. Se había vuelto algo muy común para mí. Siempre despertaba y al instante escribía el sueño que tenía en un pequeño blog que se encontraba en mi mesa de noche. Cada sueño significaba algo, pero lo inusual era que no eran los típicos significados que todos conocen. Yo misma los interpretaba a mi manera y me alertaban de cosas que iban a suceder pronto.
Al despertarme, traté de descifrar mi sueño. Se había vuelto algo muy común para mí. Siempre despertaba y al instante escribía el sueño que tenía en un pequeño blog que se encontraba en mi mesa de noche. Cada sueño significaba algo, pero lo inusual era que no eran los típicos significados que todos conocen. Yo misma los interpretaba a mi manera y me alertaban de cosas que iban a suceder pronto.
El sueño que había tenido esta vez había sido muy confuso y para nada claro. Me tomó demasiado tiempo tratar de encontrarle un significado. Lamentablemente no pude hallarle uno. Esto me asustó un poco porque fue la primera vez que me pasaba algo así. Traté de olvidarme de aquello. Me levanté de mi cama y apagué la radio. Crucé el pasadizo y me dirigí al cuarto de mi madre. Ella se encontraba despierta y al verme, corrió a abrazarme. Las dos comenzamos a llorar. Le pregunté si podía quedarme en su habitación ya que estaba asustada. Ella asintió y me senté en un largo sillón color morado que se encontraba debajo de la ventana.
Ahí me encontraba, tirada en un sillón, hundida en un mar de pensamientos... de un millón de preguntas pero ni una respuesta. Para eso ya eran las 23hrs. y como, según mi madre, soy nocturna, decidí ir a comer algo finalmente. Cuando terminé, prendí el computador y me encontré con algo muy inesperado en mi bandeja de entrada de correo electrónico.